jueves, 5 de enero de 2017

Un día de estos (escribiendo con García Márquez)

 
El lunes amaneció tibio y sin lluvia. Don Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete a las seis. Sacó de la vidriera una dentadura postiza montada aún en el molde de yeso y puso sobre la mesa un puñado de instrumentos que ordenó de mayor a menor, como en una exposición. Llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Era rígido, enjuto, con una mirada que raras veces correspondía a la situación, como la mirada de los sordos.
Cuando tuvo las cosas dispuestas sobre la mesa rodó la fresa hacia el sillón de resortes y se sentó a pulir la dentadura postiza. Parecía no pensar en lo que hacía, pero trabajaba con obstinación, pedaleando en la fresa incluso cuando no se servía de ella.
Después de las ocho hizo una pausa para mirar el cielo por la ventana y vio dos gallinazos pensativos que se secaban al sol en el caballete de la casa vecina. Siguió trabajando con la idea de que antes del almuerzo volvería a llover. La voz destemplada de su hijo de once años lo sacó de su abstracción.
-Papá.
-Qué.
-Dice el alcalde que si le sacas una muela.
-Dile que no estoy aquí.
Estaba puliendo un diente de oro. Lo retiró a la distancia del brazo y lo examinó con los ojos a medio cerrar. En la salita de espera volvió a gritar su hijo.
-Dice que sí estás porque te está oyendo.
El dentista siguió examinando el diente. Sólo cuando lo puso en la mesa con los trabajos terminados, dijo:
-Mejor.
Volvió a operar la fresa. De una cajita de cartón donde guardaba las cosas por hacer, sacó un puente de varias piezas y empezó a pulir el oro.
-Papá.
-Qué.
Aún no había cambiado de expresión.
-Dice que si no le sacas la muela te pega un tiro.
Sin apresurarse, con un movimiento extremadamente tranquilo, dejó de pedalear en la fresa, la retiró del sillón y abrió por completo la gaveta inferior de la mesa. Allí estaba el revólver.
-Bueno -dijo-. Dile que venga a pegármelo.

1-Haz un resumen del texto CON TUS PALABRAS (recuerda, en 3ª persona, de forma breve -sin detalles ni datos innecesarios- pero completo y SIN OPINIÓN PERSONAL)

2-Haz una breve reseña o crítica literaria dando tu opinión sobre el texto

3-Hay un diálogo transcrito en ESTILO DIRECTO (es decir, que da voz a cada uno de los personajes).
Resultado de imagen de esquema estilo directo e indirecto

Pásalo a ESTILO INDIRECTO, es decir,
Imagen relacionada

Acuérdate de seguir este esquema, que también deberás copiar en tu cuaderno y nos servirá para repasar las formas verbales:

Resultado de imagen de esquema estilo directo e indirecto


4-Ahora es tu turno de demostrar tu creatividad literaria. Opciones:

A) Continúa el relato del Premio Nobel colombiano García Márquez (inventándotelo tú, por supuesto, no buscando el verdadero final por internet que, además, está en este enlace).

B) Cuenta el relato en primera persona desde el punto de vista de uno de los personajes.

C) Escribe un relato similar en el que se juegue con la tensión sin que llegue a pasar nada... o sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario